martes, 30 de junio de 2015

JUAN PABLO II
EJEMPLO DE LIDERAZGO
Un hombre con una capacidad de liderazgo, como pocos ha habido. Se convirtió en el líder carismático con más influencia en el mundo de finales del segundo milenio.
 Infancia y juventud:
 Karol Józef Wojtyła. Era el menor de los tres hijos del matrimonio integrado por Karol Wojtyła y Emilia Kaczorowska. Su madre falleció cuando él tenía nueve años (1929). Su hermano mayor, Edmund, que era médico, murió en 1932, por contagio de una enfermedad, su hermana Olga murió antes de que naciera él.
De las muchas características que dieron “personalidad” a su liderazgo:
♦ Buen humor, era una persona enormemente alegre, dispuesto a hacer la vida fácil a todos los que le rodeaban.Solo su enfermedad final, la entristeció algo el rostro, que no el espíritu. No debemos olvidar que padecía párkinson, artrosis, cáncer de colon, aparte de haber sufrido un tremendo atentado.
♦ Gestión del tiempo. No sabía perder un minuto, aunque nunca tenía prisa. Su jornada era muy larga, bien planificada y mejor ejecutada. Sus agendas eran agotadoras, pero conseguía alcanzar sus objetivos.Escribió muchísimos documentos. Personalmente destaco la encíclica “Centesimus Annus“, promulgada el 1 de mayo de 1991 y que sirve de marco de análisis de las cuestiones socio-políticas del momento. También ocupa un lugar muy destacado la “Laborem Exercens“, promulgada el 14 de septiembre de 1981, que dedica al trabajo humano y al hombre en el amplio contexto de la realidad laboral. Deberían ser lectura obligatoria para cualquier empresario o directivo.
♦ Comunicación. Aquí era un auténtico crack.Sus reuniones eran multitudinarias y llegaba a todo el mundo.Con voz potente, mirada penetrante, gestos convincentes, hacía llegar su mensaje con total claridad y sencillez, entablaba, con facilidad, el coloquio y no tenía reparos en decir lo que estábamos haciendo mal en nuestra sociedad de la investigación y la tecnología.
♦ “Gestión itinerante”. Con enorme maestría salía del despacho para ejercer su liderazgo. Es más, una gran cantidad de tiempo se lo pasaba fuera. Muestra de ello son los más de 170 viajes que llevó a cabo por los cinco continentes y la gran cantidad de idiomas que manejaba. Tenía muy claro que su tarea estaba, en gran medida, fuera de su lugar habitual de trabajo.
♦ Delegación. Otra competencia muy visible en Juan Pablo II. A sus máximos y cercanos colaboradores les daba libertad absoluta porque confiaba plenamente en ellos. Había elegido un equipo muy profesional y se fiaba ciegamente del criterio de todos y cada uno. Lo importante en la delegación es elegir muy bien a quienes van a trabajar contigo y él lo hizo a la perfección.
♦ Toma de decisiones. Dificilísimo pero muy necesario cuando una está investido de tanta autoridad. No le tembló nunca el pulso cuando tuvo que manifestar lo que, a su juicio, estaba mal y había que rectificar. Su pontificado está lleno de decisiones. Tuvo que tomar las riendas de la Compañía de Jesús en unos momentos muy difíciles. Fue muy claro con la teología de la liberación, no dudo en condenar todo lo que se hacía mal, dentro y fuera de la Iglesia. Era muy fiel a sus convicciones y las llevaba a sus últimas consecuencias.

Los tres pilares básicos del liderazgo autentico: dirección, alineamiento y compromiso. Supo conducir a la Iglesia con claridad, objetivos muy definidos, y marcando con nitidez el camino.
Su persona y su espiritualidad eran magnéticas, atractivas. Poseía, como ya he dicho, muchas virtudes (competencias), que mejoraban cada día porque nunca dejo de luchar por vivir lo que esas virtudes le exigían. Juan Pablo II, un gran líder.

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